Según el nuevo reporte Plásticos y clima: los costos ocultos de un planeta plástico, solo en 2019, la producción e incineración de plástico va a sumar más de 850 millones de toneladas métricas de gases efecto invernadero a la atmósfera – el equivalente a 189 nuevas plantas a carbón. El rápido crecimiento global de la industria del plástico – alimentada por gas natural de bajo costo proveniente de la fracturación hidráulica – no solo está destruyendo el ambiente y poniendo en riesgo la salud humana, sino que también está debilitando los esfuerzos para reducir la contaminación por carbón y prevenir una catástrofe climática.
Esta es la conclusión de una nueva investigación sobre el impacto de la industria del plástico en el medio ambiente global hecha por el Centro de Derecho Ambiental Internacional, el Proyecto de integridad ambiental, la Alianza FracTracker, la Alianza Global para Alternativas a la Incineración, 5 Gyres y Break Free From Plastic.
Este nuevo reporte recoge investigaciones sobre las emisiones de gases efecto invernadero del plástico en cada etapa de ciclo de vida del plástico, desde su fuente como combustibles fósiles pasando por el refinamiento y fabricación hasta las emisiones masivas en el fin de la visa útil del plástico (y después), para crear la revisión más completa a la fecha de los impactos climáticos del plástico.
Con la constante y rápida expansión de las industrias del plástico y de las petroquímicas, están dadas las condiciones para que los impactos climáticos del plástico se aceleren drásticamente durante la próxima década, amenazando la capacidad de la comunidad global para mantener el aumento de la temperatura global bajo los 1.5ºC. Si la producción y uso de plástico crece como se planea actualmente, para el año 2030 las emisiones podrían alcanzar 1.34 Gt al año – equivalente a lo que emitirían más de 295 plantas a carbón de 500 mega watts. Para el año 2050, la producción y disposición de plástico podría generar 56 Gt de emisiones, lo que equivale al 14% de todo el presupuesto de carbono restante en la Tierra.
El rápido crecimiento de la industria a lo largo de la última década, impulsada por gas natural de bajo costo proveniente del boom de la fracturación hidráulica, ha sido más dramático en Estados Unidos, donde se está experimentando un impresionante crecimiento en infraestructura para el plástico en la costa del Golfo y en el valle del río Ohio.
Por ejemplo, en el oeste de Pensilvania, se está construyendo una nueva planta de productos de gas natural de Shell para proveer a la industria del plástico (llamado “cracker de etileno”) que podría emitir hasta 2,25 millones de toneladas de gases efecto invernadero cada año (toneladas equivalentes de dióxido de carbono). Según el reporte Plástico y Clima, una nueva planta de etileno en la refinería Baytown de Exxonmobil en la costa del Golfo de Texas va a liberar hasta 1,4 millones de toneladas. Las emisiones anuales de estas dos instalaciones nuevas serían equivalentes a sumar casi 800.000 automóviles nuevos a las calles.
El plástico en el medio ambiente es una de las fuentes de emisiones menos investigadas y una pieza clave que falta en investigaciones previas sobre los impactos del plástico en el medio ambiente. Los océanos absorben una cantidad importante de gases efecto invernadero producidos en el planeta -casi un 40% de todo el dióxido de carbono producido por los humanos desde el comienzo de la era industrial. El reporte destaca cómo un pequeño, pero creciente organismo de investigación indica que el plástico descartado en el medio ambiente puede estar alterando la capacidad natural de absorber dióxido de carbono.
Plástico y Clima utiliza hipótesis conservadoras para hacer una proyección de los impactos del plástico en el medio ambiente en un escenario habitual, lo que significa que probablemente los reales impactos climáticos del plástico sobrepasen estas proyecciones.
El reporte identifica una serie de acciones que se pueden tomar para reducir los impactos climáticos, concluyendo que la forma más efectiva de abordar la crisis del plástico es reducir drásticamente la producción de plásticos innecesarios, comenzando con prohibiciones nacionales y globales para casi todo tipo de plástico desechable de un solo uso.
Las soluciones propuestas incluyen:
- terminar la producción y uso de plásticos desechables y de un solo uso.
- detener el desarrollo de nueva infraestructura para petróleo, gas y petroquímica.
- fomentar la transición hacia comunidades basura cero.
- implementar responsabilidad extendida del productor como un componente fundamentar de las economías circulares.
- adoptar y hacer cumplir objetivos ambiciosos para reducir emisiones de gases efecto invernadero de todos los sectores, incluida la producción de plástico.
[Pronto disponible Resumen ejecutivo en español]